Debo reconocer que Amazon tiene un brillante equipo de comunicación o admitir que las restantes plataformas de autopublicación no tienen ni siquiera un equipo.
Digo esto porque en Amazon está jugando fuerte y muy bien sus bazas en el año en que se ha pronostica en aumento de la autopublicación (obviamente cabe pensar que la misma proclamación de este pronóstico no es ajena a Amazon).
Antes de continuar he de declarar que no soy un especialista en Amazon, nunca me interesó mucho lo que Amazon hiciese, ni lo que hace, así que lo que se leerá a continuación son impresiones y deducciones.
No me detengo en los orígenes de Amazon ni en su, en teoría, innovador modelo de negocio. Voy al grano.
Son notables lo esfuerzos que ha realizado esta empresa para atraer a los autores que han decidido autopublicarse. Y un esfuerzo debe obtener necesariamente una recompensa, que en el caso específico que nos ocupa es la obtención de una cuota de mercado lo más amplia posible. Sin ofrecer datos incontrovertibles, mezclando datos totales con otros sin especificar y sin categorizar (se traza una burda identidad entre descarga y venta y entre venta y venta de ebook ) y sin poder comparar la importancia de su impacto con una escala global que no está a disposición, Amazon consigue crear la idea de nos hallamos una magnitud considerable. Lo hace a través de noticias como la que ofrece La Vanguardia, que recoge un despacho de agencia y lo publica sin más (o con tan poco más que no me resulta apreciable). Y hasta aquí el juego de recitación del propio papel.
Lo que se explica peor es porque nos agitamos todos tanto ante un comunicado de prensa tan poco preciso.
Ventas de autores autopublicados
En una entrada del blog The Passive Voice (esta entrada) vemos unos gráficos muy ilustrativos.
Lo primero que destaco es la ambigua forma de presentación entre Amazon Published y Uncategorized – Author Publisher.
Apenas un 3% del total publicado y un 9% de las ventas diarias.
El por qué es fácil de entender. Amazon hace ya un tiempo que actúa como editor y nada le impide que sus algoritmos ofrezcan una ventaja a sus propios títulos. En otras palabras, Amazon no vende autopublicados, vende Amazon.
Lanzo una hipótesis: las actuales condiciones de de retribución de los autores autopublicados van a ser modificadas en breve en formas más o menos radicales. Esto por dos motivos: porque la casa que Amazon se lleva a cuestas cuesta siempre más, porque en breve estará en condiciones de imponer nuevas condiciones toda vez que habrá creado vínculos fuertes entre Amazon y los compradores y quien salga del corral verá que vende menos.