Para qué sirve un gremio de editores


Una de las preguntas que quedó en el aire tras la última edición de Liber fue, ¿para qué sirve la FGEE?

Bien, vaya por delante que jamás pensé en agremiarme cuando Intangible estaba en vida, ni veo razones para hacerlo hoy. Eso no impide que reflexione sobre las posibilidades que un gremio puede ofrecer a sus asociados o cuales pueden ser sus acciones presentes y futuras. A eso me han ayudado las acciones que dos gremios de editores diferentes han emprendido en Europa.

La primera es la campaña #unlibroèunlibro sostenida y participada por la AIE (Associazione Italiana Editori). Se trata de una campaña reivindicativa el IVA al 4% también para el libro electrónico. La novedad de la campaña, sobre todo por aquí, es la participación de todos los estamentos o agentes del sector editorial: editoriales, grandes y pequeñas, impresas y digitales, autores, lectores, libreros, bibliotecarios. Más allá de esta conjunción de esfuerzos, está una visión compartida de trascendencia. No se trata de reivindicar un tratamiento fiscal (sé que entre quienes leen o pueden leer estas líneas hay diversidad de opiniones sobre la cuestión del IVA aplicable al libro electrónico) sino de reivindicar, de hecho, que el libro electrónico no es un servicio y por lo tanto hay que rediscutir la esencia de las consideraciones sobre el libro electrónico, de las modalidades de propiedad, de préstamos, de compartición, etc… Que un gremio se avenga a una acción de esta envergadura presupone un debate interno, una línea de trabajo y un voluntad de inclusión de todo el sector editorial, concebido como un ecosistema.

En Alemania la cosa va a más (dejo el enlace a la traducción de Joaquín Rodriguez porque el alemán es algo más incómodo respecto al italiano). Aquí el gremio ha embocado una via radical. La reflexión interna les ha llevado a la redacción de una serie de puntos de entre los cuales destaco la necesidad e una autodisolución en favor de una integración de todo el sector editorial. Sin duda otros puntos son mucho más criticables, al menos bajo mi punto de vista, como por ejemplo la insistencia en el “contenido”, pero me quedo con esa insistencia a querer ver el conjunto, a superar una gremialidad estrecha, a proponer salidas, posibilidades de acción para el futuro.

¿Para qué sirve un gremio? Sin dudad como representación, pero como representación del mundo no solo como representación como forma de mediación entre poderes, no solo como preservación o defensa. Un gremio puede ser, lo estamos viendo, una de las formas en que en mundo editorial se concibe y concibe el papel de la cultura escrita en el mundo.

Mientras tanto la FGEE se ha empeñado en insistir con la piratería: la última a través de la IPA y, descorazonador ante cuanto he apenas referido, son las posiciones de quienes se proclaman el elemento fundamental del mundo del libro, que sean autores, editores, libreros o cualquier otro.

En definitiva, el gremio de editores puede ser mucho más que un ente de presión o puede ser solo la FGEE.

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